El promedio es de 14,88 cm. Según un test que realiza el Equipo de Medicina Sexual del Hospital Durand, en la enorme mayoría de los casos es de mayor tamaño que el que ellos imaginan.
Angustiado, exigido, ansioso y evitando llegar a situaciones de intimidad. Así enfrenta la vida un hombre que cree que tiene el pene demasiado pequeño. Pero ¿Qué significa en realidad tener un "pene pequeño"? Por comparaciones desafortunadas, muchos argentinos tienen mayor tamaño del que ellos imaginan.
"La consulta por el 'complejo de pene pequeño' es de relativa frecuencia, tanto en consultorios privados como en hospitales públicos. Sucede cuando llega un varón que tiene un pene normal, pero piensa y siente que su pene es chico", cuenta a Clarín Adrián Helien, médico psiquiatra del Equipo de Medicina Sexual Hospital Durand.
Helien -que también es presidente del Capitulo de Sexología de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA)- realiza un test bastante gráfico a sus pacientes. "Los hago dibujar en tamaño real la medida de su pene. Esto permite visualizar cómo lo perciben en su mente. Luego les pido que se midan con una regla, para tener la medida objetiva y real. En la enorme mayoría de los casos, el pene real es de mayor tamaño que el que ellos imaginan". Y sigue: "la proporción muestra un error que supera el 50%. O sea, se lo ven un 50 % menor del tamaño real".
Este complejo, según el sexólogo, "acarrea problemas en su vida sexual como: inhibición y evitación de las relaciones sexuales. Y el riesgo es que se prolongue durante años, generando baja estima y cada vez mayor inseguridad".
El sitio web Targetmap diseñó el primer planisferio que indica el tamaño promedio del pene de los habitantes de cada país. Argentina está en el puesto 8 de América Latina, con un promedio de 14,88 cm. Abajo están los chilenos (14,59 cm), arriba los ecuatorianos (17,77 cm) y los hombres de estas tierras superan el tamaño promedio de los penes en España (13,58). A su vez, los españoles sobre la media del resto de los europeos. Pero según datos que acaba de publicar la Asociación Española de Andrología, para ellos tampoco es suficiente.
“La inmensa mayoría de hombres que piensan que su pene es pequeño están dentro del promedio de entre 10 y 15 centímetros en erección. El 12% de los hombres encuestados [582 españoles de entre 22 y 27 años] consideran su pene pequeño, pero en realidad solo uno de cada 10.000 hombres tiene un micropene”, dice sobre ese estudio Jesús Eugenio Rodríguez, director del Instituto Sexológico Murciano.
Sin estadísticas oficiales sobre este complejo en Argentina, los expertos lo asocian a las comparaciones "fantasiosas". "Los hombres se comparan, en general, con otros hombres en el vestuario, con amigos, y con los actores porno. Siempre pierden. Ya sea por que todos miran al pene desde la perspectiva de su propia visión o por que los actores porno en general tienen un tamaño superior a la media", explica Helien.
Pese a que James Deen se convirtió en el ícono del porno actual con un pene no demasiado largo para la industria -mide 20 centímetros- "la realidad es que los argentinos piensan que la única forma de satisfacer a las mujeres es con un pene que tiene que tener un tamaño determinado - muy grande-". Según el experto esto habla de una enrome ignorancia: "No es que el hombre tenga que satisfacer a su pareja como una obligación a cumplir. Eso comienza con un enorme estrés y termina con una enorme exigencia. Y sabemos que la exigencia no se lleva bien con el placer". El que sigue esa regla inflexible, a la larga, termina con una posible disfunción sexual.
"Además, hay que conocer que la mayoría de las mujeres necesita estimulación clitoridea para llegar al orgasmo, lo cual no es dado en la penetración vaginal, o es muy débil o depende de la posición de la pareja para que sea efectiva", concluye.
Tampoco hay estudios nacionales respecto al tamaño del pene que perciben sobre sí mismos los varones gays. Pero los sexólogos sugieren que al haber dos personas del mismo género, las exigencias sobre el tamaño del pene se vuelven más flexibles.
Emilia Vexler| Clarín