Para la mayoría de las personas, las fiestas de fin de año son un ritual, que como todo tiempo y espacio fuera de la rutina, tienen un carácter especial. Varones y mujeres reaccionan de manera diversa ante esta situación.
Existen muchos factores que hacen de las fiestas un cóctel de emociones intensas. Los balances de fin de año donde aparece en primer plano lo que no se logró.
Las reuniones con familiares que recuerdan los seres queridos que no están o las antiguas peleas que subsisten. Las compras de regalos, los números que cierran o no, para irse de vacaciones, pueden ser algunos temas que nos conecten con tensión.
La tensión no es solo un estado psíquico. Es un estado de todo el organismo, mediado por sustancias como la adrenalina, entre otras. Una verdadera revolución en todo el cuerpo y la mente que puede afectar las conductas.
Depende de variables individuales, contextuales y del tiempo que actúe el estado tensional, puede aparecer el “mal” estrés.
Recordemos que hay un “buen” estrés llamado eustrés, que hace que ante determinados estímulos respondamos con mejor rendimiento. Si los estímulos que nos exigen en la vida sobrepasan nuestras capacidades, puede originar distrés o “mal” estrés. El distrés avisa con síntomas que abarcan los distintos sistemas del organismo.
Pueden aparecer nerviosismo, irritabilidad, cansancio, insomnio, desgano, bajo rendimiento laboral, angustia, y a veces verdaderas depresiones.
El “mal” estrés no saltea la sexualidad. Lamentablemente en la mayoría de los casos la afecta.
Bajo deseo sexual, eyaculación precoz, disfunción eréctil, discordias de pareja que se agravan y afectan el erotismo, son algunos de los problemas sexuales más frecuentes en esta situación.
La llegada de fin de año hace que muchas personas busquen la solución mágica y con apuro desmedido. Otras recurren al silencio, como si no hablar del problema lo solucionara también mágicamente. En el fondo saben que la dificultad existe y evitan enfrentarla, sosteniéndola o agrandándola, perdiendo tiempo y angustiándose en soledad.
En general necesitan alguien que los ayude a conectarse mejor en forma individual y en pareja con el placer y sin exigencias.
Consejos |
Es tiempo de un masaje sin exigencias, no para buscar resultados, sino para recuperar el espacio de pareja. Para sentir, dar y recibir caricias, sin incluir los genitales. Luego podrían incluirlos en una segunda etapa masajeándose con alguna crema de manos o aceite para bebes. En la misma línea tomar una ducha o baño de inmersión juntos por el placer de tocarse y conectarse con la otra persona. Otra buena idea podría ser preparar el ritual de las fiestas como un espacio de la pareja donde se agasajen con una cena y un brindis erótico a la medida de la imaginación de cada uno. Y ya sabe si tiene problemas que no puede solucionar consulte con su sexólogo de confianza. |